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Vitaminas del Complejo B: funciones, síntomas de déficit y riesgos de la automedicación

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Introducción

El complejo B es un grupo de vitaminas esenciales para el metabolismo, la producción de energía y el buen funcionamiento del sistema nervioso. Sin embargo, muchas personas relacionan cualquier sensación de fatiga con una “deficiencia de complejo B”. La realidad es más compleja: aunque estas vitaminas son indispensables, su déficit clínico en poblaciones urbanas es poco frecuente y suele estar asociado a condiciones específicas como alcoholismo crónico, cirugías bariátricas o enfermedades intestinales que dificultan la absorción.

¿Qué es el complejo B y por qué es importante?

Este conjunto incluye vitaminas como la B1, B2, B3, B6, B9 y B12, cada una con funciones en el metabolismo de nutrientes, la producción de glóbulos rojos, la síntesis de neurotransmisores y la salud de la piel y el cabello. A pesar de su importancia, en una dieta urbana variada es raro encontrar deficiencias graves, salvo en contextos clínicos particulares.

Síntomas e incidencia real de la hipovitaminosis del complejo B

Los síntomas clásicos de un déficit de complejo B pueden incluir cansancio persistente, alteraciones en la memoria, hormigueo en extremidades o lengua inflamada. Pero es fundamental aclarar que estos signos no son exclusivos de la hipovitaminosis. De hecho, se presentan con mayor frecuencia en enfermedades mucho más comunes como anemia ferropénica, trastornos del sueño, depresión o hipotiroidismo.

En poblaciones urbanas, la incidencia de deficiencia real de vitaminas del complejo B es baja y se observa sobre todo en personas con alcoholismo crónico, en pacientes que toman ciertos medicamentos de manera prolongada (como metformina o inhibidores de la bomba de protones) o en quienes siguen dietas muy restrictivas, por ejemplo veganas sin suplementación.

👉 Por eso es un error que un paciente piense que basta con “tener fatiga” para justificar el consumo indiscriminado de complejos vitamínicos.

Causas más frecuentes de déficit

Las causas van más allá de malos hábitos de sueño o alimentación desordenada. Entre las más relevantes están las enfermedades gastrointestinales (celiaquía, Crohn, gastritis atrófica), cirugías de reducción gástrica, consumo excesivo de alcohol y medicamentos que interfieren en la absorción.

Riesgos del exceso y la automedicación

Muchas personas creen que “más es mejor” y consumen comprimidos o inyecciones de complejo B sin supervisión médica. Aunque estas vitaminas son hidrosolubles, el abuso puede generar efectos adversos. Altas dosis de B6, por ejemplo, se relacionan con daño neurológico; el exceso de niacina con alteraciones hepáticas, y megadosis de ácido fólico pueden ocultar una deficiencia grave de B12.

Cómo confirmar un déficit

Los estudios de laboratorio permiten diferenciar un déficit real de otras condiciones. Entre ellos están la dosificación sérica de B12 y ácido fólico, pruebas de homocisteína y ácido metilmalónico, así como la biometría hemática completa, que puede evidenciar anemia megaloblástica.

Conclusión

El complejo B es indispensable para la salud, pero ni su déficit ni su exceso deben tomarse a la ligera. La automedicación puede retrasar diagnósticos importantes y poner en riesgo tu bienestar. Ante la sospecha de un problema, la mejor opción siempre será consultar con un médico, quien podrá indicar estudios y, de ser necesario, el tratamiento adecuado que puede incluir desde suplementos hasta un suero vitaminado bajo supervisión profesional.

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